Anoche fue la ceremonia de clausura de los juegos de Río, donde la ciudad brasileña pasó el testigo a Tokyo para la celebración del evento allí dentro de 4 años. Ahora que mis hijos ya son mayores para emocionarse con los logros de los deportistas españoles, empiezo a entender lo importante que es emitir los juegos en una televisión pública.
Porque seamos sinceros: a los deportes que hemos estado viendo estos días solo les prestamos atención cuando se enmarcan dentro de este evento. Cuando Carolina Marín o Mireia Belmonte ganan campeonatos del mundo, lo más a lo que pueden aspirar es a un minuto y poco en el telediario, al final del bloque de deportes, una vez que nos han hablado del entrenamiento del Madrid o de que Messi se ha teniño el pelo de rubio platino. Sí, seguramente podamos ver los partidos completos en canales como Teledeporte o Eurosport, pero nunca jamás los veremos en las cadenas generalistas.
Pero creo que es importante que todos conozcamos deportes que en España son minoritarios, que los niños los vean y entiendan cómo se juega, porque el niño de hoy puede convertirse en el atleta de mañana. Y es raro que en las actividades extraescolares de tu ciudad tengas halterofilia o piragüismo (al menos aquí en la meseta), por lo que el principal medio de descubrimiento de estas disciplinas deportivas es la tele. Y dados los hábitos de consumo de contenido de vídeo actuales, solo emitiendo en la cadena pública a todas horas es posible enganchar a los jóvenes, aprovechando que sus padres aún consumimos televisión en directo (y casi exclusivamente para los eventos deportivos).
Así que mi más sincera enhorabuena a todos los deportistas, sean del país que sean, que llegan a unos juegos olímpicos siendo los mejores de su país en un deporte minoritario. Ellos demuestran que con cierta capacidad natural y mucho esfuerzo y repetición es posible llegar a lo más alto en aquello que te gusta. Porque es de eso de lo que se trata: de que los niños puedan encontrar aquello que más les gusta hacer, ya sea un deporte minoritario, ya sea diseño de interiores. Y es que es tremendamente complicado encontrar aquello que te apasiona... ¿o no?
Agité mi mano para despedirme de ella mientras el coche se deslizaba por el camino de tierra. Nunca había sentido nada así por nadie?
Todo empezó cuando me encontré con ella en el supermercado de la esquina. Yo iba distraído calculando el dinero exacto que tenía que sacar de la cartera, levanté la vista para llevarme una y vi su cabellera pelirroja dos personas por delante de mí. Recorrí su espalda lentamente, deleitándome en su figura y pensando en cómo sería su cara y me pilló: se había girado para entregarle a la cajera su tarjeta de crédito y yo no desvié la vista a tiempo. Así que para salir del paso, saludé con la mano. Sonrió y el supermercado se llenó de luz. Desgraciadamente, salió a la calle antes de que pudiera alcanzarla. Así que hice lo que tenía que hacer: vigilé el supermercado todos los días para volver a verla.
Solo pasaron tres días hasta que vi que entraba en la misma tienda. Monté guardia en la puerta y provoqué un encuentro casual cuando salió. Ni me miró. Se dirigió directamente a un coche en doble fila que la esperaba, donde el conductor la recibió con un beso que no dejaba dudas sobre su relación.
Por eso ahora su coche se deslizaba por el camino de tierra, con los dos cuerpos carbonizados en el maletero. Observé cómo llegaba al borde del barranco y se despeñaba hacía el río que corría allá abajo. Vi cómo se hundía, una metáfora perfecta de mi corazón en ese momento.
¡Feliz 2016 a todos!
Empiezo este primer lunes del año con un post en este blog que inauguré allá por 2008. Cómo pasa el tiempo, ¿verdad? Eso mismo pensaba yo cuando he visto que ya hace unos cuantos años que publiqué El Arte de la Presentación, el primer libro que escribí (junto con Eduardo de la Fuente, de PresentacionesArtesanas), edité y lancé al mercado en formato impreso y electrónico. Eso fue en septiembre de 2011 y, desde entonces, he publicado otros dos libros: Historias de developers y Límite 500, siguiendo los mismos pasos que podéis ver en los dos artículos que publiqué al respecto: Cómo publicar tu libro en internet y Cómo publicar en iBookstore desde España.
En ocasiones, algunos me habéis preguntado qué tal se venden los libros autopublicados o que en qué tienda de libros electrónicos se vende más o cosas por el estilo. Pues aquí van algunas lecciones aprendidas.
Creo que eso es todo lo que quería contaros, pero no dudéis en preguntar cualquier otra duda que os pueda surgir. También podéis hablarme de vuestra experiencia publicando libros, para comparar.
Llevo ya unos años trabajando en proyectos de innovación siguiendo la filosofía Lean Startup y en todos ellos llega un momento en que tienes que pasar del lápiz y el papel o del powerpoint a algo que permita que los usuarios de pruebas interactúen. Hemos hecho prototipos interactivos para simular servicios de vídeo en Flash y en HTML y Javascript, pero lo que hemos visto que nos funciona muy bien es .NET. ¿Por qué?
Estas son mis razones para hacer prototipos de servicios de TV en .NET. ¿Qué prototipos haces tú y en qué lenguaje?
"El reto: 100 relatos. Cada uno de 500 caracteres como máximo. ¿Quieres descubrir el resultado?
'Límite 500' ofrece relatos de ciencia ficción, misterio, terror o amor, pero siempre con el propósito de dejarte pensando tras finalizar su lectura.
Este libro está pensado para ser leído mientras esperas al autobús o en la sala de espera de tu dentista, ya que no requiere el esfuerzo de recordar cuál era la escena anterior. Igual que hay videojuegos para jugadores casuales, 'Límite 500' es un libro para lectores casuales."
Esto es lo que dice la descripción de mi primer libro de ficción cuando lo buscas en Kindle, Lulu o iBookStore.
Han sido unos meses de mucho esfuerzo, no tanto por el hecho de escribir (al fin y al cabo, son 50.000 caracteres sin contar espacios), sino por la tarea de tener (al menos) 100 temas diferentes sobre los que escribir. Me gustaría agradecer a mi familia el apoyo prestado (prometo que se acabó lo de llevarme el portátil al salón, salvo por cuestiones de trabajo) y a las diferentes personas que han ido leyéndose muchos de los relatos para darme su opinión.
¿Qué por qué 500 caracteres? Bueno, todo empezó cuando me presenté al concurso de microrrelatos de IASA Ascensores. No gané. Ni siquiera quedé entre los finalistas. Pero eso me dio la idea de escribir este libro. Os confesaré una cosa: tengo varios borradores de novelas en mi disco duro, pero es muy complicado sacar el tiempo necesario para escribir algo con coherencia dedicándole unas horas al mes de manera intermitente. Imagínate que no has podido escribir en dos semanas (como me ha pasado muchas veces) y vuelves a tus apuntes y a tu escaleta a ver dónde se encontraban los personajes y qué estaban haciendo. Hubiera sido agotador...
Por otro lado, el hecho de tener como meta 100 microrrelatos me permitía llevar un control muy sencillo del progreso del libro. Muchos preguntabáis que cómo sabía que llevaba el 53% del libro; pues ahí tenéis la respuesta. Obviamente, había veces que quitaba algún relato porque había encontrado una idea mejor, pero era una herramienta bastante fiable para mantenerme motivado ("¡Vamos, que ya solo queda un 17%!").
En fin, os dejo ya para que podáis descargar el libro y leerlo. Es cortito, pero está diseñado para leerse a ratitos y quedarse pensando en lo que acabas de leer. Incluso hay algún relato que tendrás que leer un par de veces, porque tiene su miga (o eso me han dicho los que los han leído).
Una última cosa: si bien en Lulu y iBookStore el libro se puede descargar de forma gratuita, en Kindle está puesto a 0.99 euros. No es una manía mía, pero es que los de Amazon no me han dejado ponerlo gratis. Sigo en conversaciones con ellos, así que ya os avisaré si consigo convencerles...
Por cierto, el libro ya está incluido en mi página de "Mis libros".